De mayor quiero ser soldado

Molina y Canals pasan a un terreno bien distinto al de su anterior film juntos, Diario de una ninfómana. De mayor quiero ser soldado peca de un tono excesivamente didáctico en el desarrollo argumental para que cuadre con lo que se quiere decir: cómo todo se vuelve en contra de Álex tanto si se porta mal como si intenta portarse bien.

A pesar de ello, la fotografía y las interpretaciones, así como el montaje, son más que correctos y permiten que el film se vea con dignidad. Lo importante para director y guionista es hacer patente la importancia de un proyecto pedagógico sólido sobre el ocio por parte de los padres, así como un entorno unido y de amor, atención y exigencia en los buenos hábitos.

Christian Molina y Cuca Canals comentan un dato real y es que “un niño cuando llegue a los 18 años y si sus padres no lo impiden, habrá visto 40.000 asesinatos y 200.000 actos de violencia en la televisión, cine, videojuegos…”. La mezcla de las imágenes del film con las que visiona el joven protagonista –cine de guerra y, lo peor, reportajes de los informativos con niños soldados o las recientes guerras del Golfo, Irak e incluso la II Guerra Mundial- hace más visible el efecto nocivo que ejerce la violencia descontextualizada en un niño de psicología frágil o de riesgo.

Por otra parte, el film no esconde sus lazos con la mítica obra de Stanley Kubrick La naranja mecánica –los protagonistas comparten nombre- ni con otras también paradigmáticas de adolescencia y violencia como American history X.

Firma: Lourdes Domingo

Extras DVD:

• Audio: español, inglés, catalán
• Subtítulos: español