Yucatán

Esta incursión de Monzón en el cine de timadores es un buen intento de regalarle al público un producto entretenido, que lo es, y una reflexión más que profunda sobre la codicia humana.

Con actores poco vistos en pantalla y una imagen perfecta y brillante, elabora una película llena de matices y trufada de subgéneros, con mucho trabajo actoral y plagada de referencias al cine clásico.

Su único problema es la expectativa, algo que no se debe olvidar al pensar en el público de las salas, de los que acuden con la idea de ver una comedia y tras los títulos de crédito hacen balance de la risa, y resulta que es más bien escasa.

Y es que Yucatán no es una comedia, a pesar de la etiqueta promocional y a a pesar del gran Joan Pera, el mejor de nuestros cómicos, que encarna a su personaje de forma maravillosa pero sin atisbo de comicidad. Él es el personaje más serio; el que lleva la antorcha de la ética que entraña todo el relato. Un hombre serio que borda este film de aventuras y robos dando esquinazo a la comedia prometida. Buena película familiar con música y moraleja.

Firma: Anna Puigarnau