Revenge (2018)

Como el título bien indica, estamos ante una película de venganza y de “ojo por ojo”. La historia es sencilla: una mujer es violada, perseguida y dada por muerta tras una brutal caída. Sin embargo, y aquí es donde como espectadores debemos aceptar el cambio de drama a thriller con toque sobrenatural (experimentando incluso un momento místico a través de una droga india), logra volver a la vida para iniciar un nuevo juego de caza.

El género “Rape and revenge” es de los más aplaudidos en el Festival de Sitges, violencia catártica con la que, en este caso, nuestra damisela Jen –convertida en una suerte de mezcla entre Rambo y Kill Bill– demostrará a esos hombres ricachones que han cometido un grave error.

Tras su estreno en Sitges 2017, pasando también por Toronto y Sundance, es ahora cuando llega a las salas comerciales. Esta ópera prima de Coralie Fargeat, realizadora y guionista francesa, es la típica propuesta que funciona en estos prestigiosos festivales de cine fantástico y de terror. De hecho, funcionó en el de Sitges, alzándose con el Premio a Mejor Dirección y también en Nocturna Madrid, donde además del Premio a la Mejor Dirección, la actriz protagonista, Matilda Lutz, se llevó el Premio a la Mejor Interpretación Femenina. Llena de vistosas muertes, humor negro, sangre por doquier y violencia extrema, es de esas historias que ocasionan risas y grandes aplausos entre la audiencia de estos certámenes.

Sin embargo, si no eres ese tipo de público y buscas una producción de terror con un tono algo consistente, esta no es tu película. A nivel narrativo es previsible y, analizando su posible discurso de género, es cuestionable que su protagonista sea una chica hipersexualizada con apenas ropa durante todo el film.

Firma: Estefanía González