Infiltrado en el KKKlan

El incombustible Spike Lee (Malcom X, Plan oculto, La última noche) muestra una vez más que sabe llevar al espectador donde él quiere. En Infiltrado en el KKKlan crea un drama teñido de comedia para introducir un mensaje provocador que ya ha ganado el Grand Prix del Festival de Cannes. Y aunque esté basada en hechos reales, la imaginación se apodera de la trama para hacerla cinematográfica y comercial. Lee  adapta la novela de Ron Stallworth, con ella crea otro guion que habla de la injusticia racial que busca empoderar a la gente de color como ya hizo en Chi-raq. Pero el tándem creado por Adam Driver y el jugador de fútbol americano John David Washington (con el que Lee ya trabajó en Malcom X) aporta la fuerza y la profundidad necesaria para hablar sobre otro tipo de supremacías y no encajonar el film en algo propagandístico.

Probablemente, uno de los mejores aciertos de Spike Lee es saber mantener el ritmo y la tensión hasta el final. Lo hace con buen pulso y combinando la parodia con el drama para dirigir al espectador.

En su conjunto, la película resulta una declaración a favor del cambio y de la integración, aunque hay quien le pueda reprochar que deje poco lugar para pensar y salir de su lección. Sin embargo, Infiltrado en el KKKlan deja al receptor con una gran reflexión final.

Firma: Carla Sciamma