Buscando a Eimish

Ana Rodríguez Rosell se inicia en la dirección de largometrajes después de haber escrito, producido y dirigido diversos cortos y documentales desde el año 2000. La realizadora debuta con una producción humilde y sencilla que pretende dibujar las necesidades del encuentro y la afirmación personal, en una historia tocada por la estética del “indie”, capaz de disimular bajo sus formas y recursos la esquematización y falta de contenido real en un film necesitado de cierta profundidad reflexiva.

No quiere decir, esto, que Buscando a Eimish evite temas importantes y potencialmente interesantes. El film apunta hacia aspectos fundamentales en el hombre y en la vida, hacia el amor, hacia la autorrealización e, incluso, hacia la familia. Sin embargo, todo lo que concluye es más fruto del impulso que de la razón o que de un sentimiento mínimamente madurado. Consecuencia de ello es el resultado final de la película, más llamativa en su apariencia y en el enunciado de su temática principal, que verdaderamente productiva a la hora de ahondar en esta última, y condenada a adentrarse, por esa tendencia a construirse a fuerza de golpes vacíos del corazón, en un terreno romántico excesivamente azucarado e inocente.

Con todo ello, lo más destacable que encierra Buscando a Eimish, acaba resultando ese aroma independiente que desprende su ambientación y su faceta más técnico-artística, que incluye una buena banda sonora cuyo inédito tema principal es interpretado por la propia Manuela Vellés, protagonista del film.

Firma: Juan Xipell