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El guión de esta ópera prima de la joven Elena Trapé no tiene nada nuevo para el gran público. Su historia es una copia de un suceso mediático ocurrido en un instituto de Gloucester en Estados Unidos; que ya se llevó a la ficción, con buena audiencia y polémica, en la tv movie de Telecinco El pacto. Sin embargo, el largometraje recoge la gestación de este juramento y su puesta en práctica, mientras que la miniserie plasmaba las consecuencias.

Blog no es una adaptación a la gran pantalla de El pacto, ni busca de forma tan evidente el morbo latente de la decisión de las protagonistas, sino hacer un ejercicio de cine indie a lo largo de sus 98 minutos de duración: cámara en mano, declaraciones de las adolescentes sobre sus sentimientos ante la webcam, conversaciones a través del chat sobreimpresionadas en la pantalla de cine, planos muy subjetivos –en teoría lo están grabando los propios personajes- y uso de feedbacks.

Esta puesta en escena, en cierto modo original y plausible, ayuda en la inmersión del espectador en el mundo adolescente femenino, otro de sus objetivos, –su miedo de no ser aceptada por el grupo o no gustar a un chico, la curiosidad por nuevas experiencias vitales, especialmente el sexo, el valor desmesurado de la amistad- explicado a través de los nuevos modos de comunicarse (chat, webcam, redes sociales).

En este sentido, sería un retrato más acertado de los jóvenes que otras producciones españolas como Mentiras y gordas, donde los protagonistas se limitan a practicar sexo, del modo que sea, mientras andan bebidos y drogados, o la serie Física o química, que fue la precursora. En este caso, las protagonistas son más inocentes, mejor habladas, sienten curiosidad por temas morbosos, pero no son unas expertas y les provoca respeto. Sin embargo, la ausencia de unos padres o un profesorado que les guíen en temas importantes hace que los trivialicen como una experiencia emocionante y al límite, sin tener en cuenta las consecuencias y responsabilides que exige.

Un reparto novel, sacado de institutos y escuelas de teatro, le otorga más verosimilitud a la película que otros títulos con caras conocidas que sólo buscan el impacto mediático y el taquillazo fácil. Sin embargo, el guión es tan flojo –y previsible- que a ratos aburre y no se saca ninguna idea provechosa para el público más joven, más bien le puede confundir.

Firma: Montserrat Bros